jueves, 19 de agosto de 2010

ELLOS HACEN EL BARRIO

Hervin Yeomans Wormald

Comerciantes, lustradores de zapatos, quiosqueros, mendigos, oficinistas, aseadores, jóvenes de las tribus urbanas y el millón de transeúntes que utilizan las calles del centro de Santiago, son quienes le dan la vitalidad al barrio día a día.

El Paseo Ahumada, Huérfanos y las calles aledañas, están en una ubicación geográfica que permite la fácil convergencia de la diversidad de las clases sociales. Esto hace que el barrio esté hecho para todos quienes los concurren. Hay bancos, oficinas y comercio a disposición para todos los bolsillos de las personas. Encontramos desde grandes centros comerciales concesionados hasta pequeños puestos de ambulantes que ofrecen tan sólo un cortauñas.

Bajo esta línea, hay quienes viven y hacen el centro, pero que lo critican, les da miedo o simplemente no les gusta. En general, esas personas están todo el día por disposiciones laborales, por la obligación de cumplir. Por otro lado, hay quienes le agrada el lugar y lo frecuentan porque están sus amigos y el comercio ofrece sus intereses.

Camila, es comerciante ambulante del sector por más de diez años. Considera que el barrio es malo, inseguro y con calles oscuras. No le gusta trabajar en el sitio, las condiciones a las que se ve sometida son difíciles, durante el verano es un calor sofocante y en el invierno son las lluvias y el frío, eso no lo considera sano para un buen estilo de vida. Aún así, cree que si no es el centro, no podría desempeñar su trabajo en ningún otro lado. Se ve en la obligación de vender sus guantes, pantys, bufandas y calcetines. “Acá está todo, es un muy buen lugar comercial”, afirmó.

Miguel, desempeña el mismo trabajo que Camila, vende accesorios por temporada. A diferencia de ella, a él si le gusta estar en el centro. Ve a diario que está lleno de actividades y se considera seguidor del arte callejero que está al lugar. A pesar de esto, es crítico al decir que hay mucha delincuencia, lo que hace un tanto inseguro su estadía. Por razones de vida, tuvo que terminar el cuarto medio e inmediatamente comenzar a colaborar en el negocio familiar. Lleva dos años trabajando en el lugar y está desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche.

Entre quienes viven el sector de manera positiva, está Catalina, una joven punk que frecuenta varias tardes de la semana el portal Eurocentro. Dice que el lugar lo considera seguro ya que ve harta vigilancia por los alrededores. Ella misma cuenta que el barrio está tranquilo entre las 13:00 y las 17:00 horas, después de eso todo se pone más agitado. La gente sale de sus trabajos y el portal (Eurocentro) se llena de gente con estilos extraños. Considera que es el mejor lugar para estar con sus amigos por la comodidad del acceso, todos pueden llegar. Es clara en decir que le agrada el centro, lo que le ofrece a sus amigos y ella, la deja satisfecha.

La señora Griselda, es dueña de una joyería dentro de la galería Edwards en el Paseo Huérfanos. Cree que el lugar es el mejor para vender su mercadería, no considera ningún otro lado para instalarse con su negocio, por ello lleva 23 años desempeñando el mismo rubro en el centro. Indica que el barrio le gusta sólo porque está todo a la mano, además, piensa que es un sector que agota emocionalmente. En la seguridad, revela que le es un tema indiferente. En su local nunca ha pasado nada, y señala que “un asalto o robo te puede ocurrir aquí o en cualquier parte de Santiago, uno es quien tiene que estar alerta y no andar mostrando cosas de valor”.

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